Las pregunta más generalizada cuando escuchas las horas de entrenamiento de las pequeñas gimnastas suele ser ¿Y esta niña no tiene vida? ¿Cuándo hace los deberes? ¿Cuándo sale con sus amigas?
Se puede responder a cada una de esas preguntas, claro que las gimnastas tienen vida, ellas entrenan tantas horas por que les gusta, aman este deporte, y prefieren estar en el pabellón a estar en el sofá de sus casas viendo la tele, ellas consideran que la gimnasia es su vida, y así la viven.
Suelen ser las alumnas más disciplinadas y organizadas cuando de deberes o tareas escolares se trata, por que saben que precisamente el colegio o el instituto es su prioridad, y la mayoría de padres tienen claro que si no puede cumplir con sus obligaciones académicas, la gimnasia se acaba, es por ello que la mayoría de niñas organizan su tiempo a la perfección para poder llegar a todo, y además de forma sobrada. Me siento muy feliz cada vez que una niña me cuenta que sus notas de un trimestre han sido todo sobresalientes, a pesar de haber estado entrenando de lunes a sábado 3 horas diarias y domingo compitiendo.
Sale con sus amigas todos los días, sus amigas son sus compañeras de gimnasia, y con nadie se divierte más que con ellas, cada entrenamiento, cada competición es su momento de diversión, así lo viven ellas, y así se debe respetar.
Estas niñas son un ejemplo para la juventud actual, a la que se le acusa de falta de interés, de esfuerzo. Dando a todo el mundo un gran ejemplo de constancia, sacrificio, de esfuerzo. Enseñanzas fundamentales, que harán de ellas grandes personas en el futuro. Trabajan bajo presión, se enfrentan a unos jueces que valoran su trabajo, y aun cuando el esfuerzo no se ve recompensado, la enseñanza que sacan la de seguir esforzándose. Son un ejemplo para los adultos también, que nos quedamos sorprendidos cómo afrontan su día a día, sus competiciones... qué gran ejemplo de seriedad, compromiso.
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